La ciudad fantasma

Hoy por la tarde un amigo de estados unidos me mandó un mensaje preguntándome el cómo estaba. Esto debido al brote de influenza porcina y el número de personas muertas por esta causa. Mientras le respondía, miraba por la ventana que hoy fue un bonito día. Asoleado y con una brisa de aire fresca. Así que al terminar subí a la azotea para admirar mejor de lo que me estaba perdiendo mientras estaba encerrado. Fue entonces que me di cuenta que este lado de la ciudad (el norte) parece fantasma. No había gente en la calle, tiendas cerradas, el tráfico vehicular por el eje central escaso, etc. El domingo pasado acompañé a mi hermana y mamá al Sam’s, pero no quise bajarme del carro. No fue por temor, la verdad es que me sentía mal. Pero nada que ver con el brote de influenza, más bien porque el jueves pasado fui sometido a una cirugía para extraerme dos terceros molares. Entonces tenía (y hasta este momento un poco) todo el cachete inflamado. Aunado a eso, no puedo comer gran cosa, casi casi es una dieta líquida, o más bien blanda. Entonces me sentía todo pendejo por la falta de alimentos. Estando allí, mi hermana me llamó porque necesitaba que la auxiliara para imprimir unas fotos desde las esas maquinitas en las que metes tu memoria USB, tarjeta o por bluetooth. Mientras estaba ahí y desde el carro, notaba que mucha gente está un poco nerviosa acerca del asunto de la gripe. Muchos usando su tapabocas y casi evitando el contacto con cualquier cosa. De alguna forma eso me deprime. Y hoy mientras admiraba el día desde la azotea de esta ciudad fantasma, me dije: “Hoy es un hermoso día, desearía que todos pudieran disfrutarlo”.