Situación, Lenguaje y palabra de ocasión.

Hoy regresaba a mi morada y pasó algo muy chistoso. Resulta que me hallaba en el metro politécnico aproximadamente a las 22:15, igual que en otras ocasiones me dieron ganas de caminar rumbo a mi destino en lugar de tomar el microbús. Así entonces fue que emprendí mi viaje. La ruta es muy sencilla, sólo caminar todo el Eje Central Lázaro Cárdenas 100 metros (ese es el nombre completo de la avenida, y los 100 metros no es la distancia que debía caminar, es parte del nombre también) hasta llegar al Río de los Remedios y allí dar vuelta para adentrarme a las colonias Progreso Nacional y Guadalupe Proletaria. Todo el recorrido por el que debía caminar hasta el río, es una zona industrial (la famosa Industrial Vallejo), por lo que ya se imaginarán el panorama: cuadras muy largas, ni un sólo peatón excepto yo, obscuro, etcétera. Sin embargo, en algún punto entre las avenida Margarita Maza de Juárez y la calle Júpiter, yo estaba caminando cómo siempre, sólo viendo el piso para no tropezar y ca

Resulta que hice un viaje yo solo a una laguna. Cuando llegué al lugar ya había varias personas disfrutando del paradisiaco territorio. Luego de dejar mis cosas me metí al agua para nadar. Eché un ojo a toda la gente que estaba en el lugar, pero todos eran personas que jamás había visto en mi vida. Cada uno jugaba contento. Pero como siempre y en todo lugar, había una parte de la laguna a la cual no se debía acercar puesto que allí brotaba el agua (sí, era como una especie de manantial), y también de allí se abría un camino que conducía hacia una cascada. La corriente en esas partes era muy fuerte y te arrastraba si te acercabas al punto de emanación de las aguas. Luego de un rato de estar nadando, se escucharon unos gritos. Miré hacia la parte peligrosa y estaba una niña que pedía ayuda; ella nadaba con mucha fuerza a contracorriente para llegar a alguna zona donde la fuerza del agua no fuera demasiado fuerte. Toda la gente entonces, se fue a la orilla más cercana a la niña, pero aún

Como última del 2006, escrita el 8 de diciémbre, confesé lo siguiete: Resulta que hoy por la noche (mmmh, más bién ayer) me encontraba en una pizzería en la calle de Allende en pleno centro de la ciudad, a mi gusto, muy buenas. Me hallaba comiendo una rebanada ranchera sentado en una mesa pequeña cuando dos personas, un hombre y una mujer de 22 años aproximadamente, entraron a ordenar unas pizzas para llevar. La pareja tenía cierta particularidad que no podía pasar desapercibida. El chavo vestía con un pantalón de piel y una playera café; tenía varias perforaciones, usaba muchas cadenas y pulseras con mucho metal. La chava vestía totalmente de negro, pero lo que más llamaba la atención en ella era que tenía tatuado casi totalmente uno de sus brazos. No tardé en darme cuenta que ambos eran pareja puesto que al hablarse usaban ese tono meloso que caracteriza a los tórtolos enamorados. Al ver aquello no pude evitar sonreír. Sin embargo mi admiración se vio frustrada cuando puse atención a

El 27 de noviembre salió lo siguiente: Me encontraba en un lugar pacífico sentado leyendo un libro cuando un pequeño perro se me acercó. Movía su colita y con movimientos juguetones se paseaba entre mis pies. Yo como un amante de los animales no pude contenerme y cargué al cachorro para acariciarlo. Mientras sonreía y le hablaba, espontáneamente dije: “quién fuera tú, sin ninguna preocupación más que sobrevivir en el mundo guiado por meros instintos”. Fue entonces que me di cuenta de la maldición a la cual estoy sujeto inevitablemente, una capacidad que me consume por su poder adictivo. No es algo que se pudiese llamar “droga” o “estimulante artificial” ya que, según se dice, puedes liberarte de ellas con mucha fuerza de voluntad o con una terapia psicológica o psiquiátrica. Pero acaso ¿podríamos dejar de pensar? ¿Cuánta fuerza de voluntad o qué tipo de terapia sería capaz de hacernos dejar de pensar “racionalmente”? La capacidad de pensar, razonar y formar un conocimiento del mundo e

También con la fecha del 25 de noviembre, se escribió: La esperanza es un fundamento subjetivo individual que apoya la tendencia del ser humano a ir a hacia su propio progreso. Sin ella el sentido se pierde propiciando un rumbo inevitable al retroceso, lo cual es incompatible con los seres humanos. Así que cuando esa guía al progreso se pierde, es parte de un proceso natural buscar una nueva esperanza. Si algo es cierto, lo es el dicho “la esperanza muere al último”, a lo cual sería prudente agregar, “Sin embargo cuando eso pasa, mueres con ella”.

Con fecha del 25 de noviembre, se escribió así: En algún momento ¿alguien más ha tomado decisiones que directamente te involucran y ni siquiera te pidió tu opinión? Sentado en un lugar tranquilo que me deja hacer un poco de reflexión me di cuenta que este año 2007 está a punto de acabar. Entre muchas preguntas que vinieron a mí, una en particular, con la cual abrí esta nota, me dio vueltas en la cabeza aproximadamente 4 horas. El hecho es que, en los poco más de 24 años que he vivido se han tomado decisiones que directa e indirectamente me afectan y no fui tomado en cuenta para nada. Algo así podría pensar este blog, ya que yo lo creé para escribir estas estupideces y ni siquiera le pregunté si quería ser creado. Bueno, tal vez (y sólo digo que existe una mínima probabilidad) no se compara con migo o con una vida humana, ya que un blog y los espacios en la red fueron creados para eso y no pueden y no tienen derecho a opinar acerca de lo que nosotros hacemos con ellos. Sólo digo que alg

Con fecha del 8 de julio dice así: Cúando fue la última vez que imaginaste que tenías una lucha en contra de un Monstruo? ¿Cúando dejaste de ser niño? Es verdad que la imaginación es uno de los rasgos más facinantes de las capacidades que el ser humano tiene. Yo hace mucho..... ¡Pero Mucho! que no imagino tener una lucha en contra de mi peor enemigo. Lo intentaré muy pronto. Mientras tanto los invito a que vean esta lucha a muerte que un penqueño niño habrá de realizar. También los invito a que comenten qué les pareció el pequeño cortometraje. Y como dijo cositas: ¡Héchen a volar su imaginación!

Durante el 2006 escribí algunos retorcidos pensamientos en otro espacio, sólo para dar un panorama he decidido traerlos a este otro espacio con la finalidad de recuperar un poco lo que fue el antecesor de este nuevo espacio. El orden cronológico es el siguiente: -Mágica Inocencia -El olvido de la libertad -La esperanza contra la razón -El regresar al Principio -Confesiones de un neurótico Alguna vez alguien me dijo "Oye, con excepción de uno, son pensamientos muy obscuros. ¿Por qué estás tan amargado?". En efecto lo son, aunque en cuanto escuché lo anterior la verdad me dio risa, y es el hecho de que en mi absurda naturaleza psicológica hay un tendencia a retener un rencor en contra de muchas cosas que hay a mi alrededor. Además como ya lo había dicho antes: hablar de mí mismo, mi obscuro pasado y de mi extraño presente, es algo que no puedo hacer con facilidad. Y digo… ¿a quién se le hace difícil hablar de buenas noticias, grandes logros, metas cumplidas, etc., etc.? Pues c

Cerca de las de las 11:45 de la noche del 31 de enero me encontraba en Río de los Remedios haciendo un poco de reflexión de lo que dejé atrás durante el año 2007. No tengo sincronizado mi reloj a la hora exacta, así que no sabía exactamente en qué momento recibiría el nuevo año. Sin embargo eso no fue problema ya que claramente pude escuchar de todas direcciones el grito de toda la gente haciendo el conteo regresivo. Me levanté de donde estaba sentado y miré con un poco de emoción hacia todas las casas de donde provenía el ruido y los gritos. Pero lo más chistoso vino aproximadamente 2 minutos después. Tocando música muy variada en cada casa, toda la gente gritaba con alegría cuando un apagón azotó las colonias Guadalupe Proletaria y Progreso Nacional. Todo el lugar se llenó de oscuridad; apenas la tenue luz que la luna reflejaba era lo único que daba visibilidad. En el momento de la falla en el sistema eléctrico, las dos colonias retumbaron con gritos y chiflidos. El punto que realmen

Hoy fui a ver a mi mejor amigo como lo he hecho año con año desde 1999 para pedir disculpas por cosas que le dije, pero como siempre, regresé a casa decepcionado y atormentado por su desesperante silencio. Desde hace nueve años que no me dirige ni una sola palabra, y a pesar de que le muestro mi enojo a ese respecto, le grito exigiendo una respuesta. Sin embargo, luego de un rato de enfurecerme me convenzo a mi mismo con una verdad irrefutable que me encabrona aún más: “ Los muertos no hablan ”. Tras las múltiples cosas que dijo que me iluminaron e hicieron salirme del mundo de dos centímetros cuadrados en el que vivía, hoy recordé algo que mi amigo me dijo sabiamente: “ Si todo lo que vas adquiriendo en la vida lo vas guardando en un costal, llegará un momento en que el costal se llene y por el mismo peso se desfonde provocando una regazón. O si por ejemplo, pones una olla expreso en la lumbre y le subes a la intensidad de la flama poco a poco, llegará un momento en que explote. ” Por