-EL SUPERVISOR DE OBRA- Crónicas de un contador anunciado.
Durante los primeros días estuve en chinga recolectando documentación de los empleados, diseñando los formatos para las credenciales, sacándoles las fotos a todos para insertarlas y haciendo que el jefe las firmara. Era tanto trabajo que tuve que trabajar todo el día del sábado y del domingo de la primera semana. Me estuvieron presionando los mismos trabajadores porque sin sus credenciales no los estaban dejando entrar los de seguridad a la entrada. En esos días sólo éramos el jefe y yo en la oficia y como bodeguero está trabajando mi papá. Así que prácticamente todo lo administrativo lo hacía yo sólo. A la mitad de la segunda semana llegó quien fungiría como el supervisor de obra. Mi primera impresión no fue buena en dos sentidos: en que el güey tiene jeta de pocos amigos y habla como con hueva, y la otra en que pues la idea anterior no era correcta del todo. Estos juicios me los supuse porque como ejemplo, ya que el supervisor se había instalado, agarraba mis cosas así de huevos, si