El top 10 de lo inevitable

Esta mañana me estaba bañando y sucedió algo. Un evento que me hizo decidir escribir esto. Es una lista de las diez cosas que me son, por alguna razón, inevitables cada que estoy en una situación similar. Bueno no es un top exactamente porque casi todo me pasa:

1. Cuando me baño siempre, pero siempre, se me resbala el jabón de las manos y le hago una abolladura. ¿Soy muy torpe para bañarme y no sostener bien el jabón o me compro puros jabones suicidas?

2. Cuando como palomitas con salsa siempre, igual siempre, se me cae una a la playera o al pantalón y me mancho de salsa. Y mira que ya sé que siempre pasa, así que por más que lo intente evitar… ¡pasa! ¿Qué tienen las palomitas bañadas en salsa contra mi ropa?

3. Siempre que como mango, se me cae. Por eso siempre los como en el fregadero y así sólo lo enjuago y sigo con el manjar. ¿A quién se le antoja mi mango cada que me como uno?

4. Cuando tengo mucha sed y tomo un vaso con agua y me lo bebo al estilo “¡hidalgo! ¡Hidalgo! ¡Hidalgo!”, se me escurre un poco por el lado izquierdo del labio y no lo siento hasta que me mojo desde el cuello hasta la playera. La razón de ello es que cuando me extrajeron mis muelas del juicio de ese lado me hirieron un nervio y nunca recuperé la sensibilidad total. Eso también explica por qué también suele pasarme cuando estoy en una comida y me escurre el refresco, o el caldo, o “x” líquido. ¡Por favor que no me pase en una cita importante!

5. Cuando estoy descargando un grupo de archivos del Rapidshare, siempre el último archivo se baja aproximadamente a 16 kb/s en vez del promedio de 90-100. Es desesperante cuando quiero probar ansiosamente un programa descargado y tienes que esperar cerca de hora y media para que se descargue la última pieza. ¿Dónde ha quedado mi paciencia? Digo, a veces me tardo en bajar días todas las partes así que ¿por qué no me puedo esperar una horita más?

6. Siempre que escucho el segundo movimiento del concierto para violín en E menor de J. S. Bach, no sé por qué como que me dan ganas de llorar. No he podido descifrar si es por alegría, tristeza, enojo… No lo sé, cuando lo escucho como que entro en trance y una rara mezcla de sentimientos llegan a mi. Pero de entre todos, al finalizar el movimiento me lleno de placer y es cuando de verdad casi lloro. Me cae que mis más honorables respetos para el Señor Bach, ese cabrón se la rifaba componiendo. Me gustaría que su alma, espíritu como sea que se le pueda llamar, me poseyera y me ayudara a componer. O que su espíritu me visitara, algo así como el espíritu de la navidad, pero ese no, ese me vale madres… ¡El espíritu de J.S. Bach!. ¿Alguien conoce a algún médium o brujo(a) que haga ese tipo de trabajos?

7. Cuando voy al Cine, hay un 90 % de probabilidades de que atrás de mí se ponga alguien que o suba los pies en mi respaldo, o lo patee constantemente, o que se la pase hable y hable o tiene una risa tan fuerte y prolongada que no me deja concentrarme en el siguiente chiste. ¿Qué tienen contra mí?

8. Siempre que salgo de mi casa me doy cuenta de que algo se me olvida, de verdad ¡Siempre! A veces me regreso y a veces no, en ocasiones me doy cuenta cuando ya voy en el micro o en el metro, o cuando tengo que entregarlo o usarlo. ¡Qué mala costumbre!

9. Olvido los nombres a los 5 segundos de no repetirlos o repasarlos mentalmente. En promedio me tardo tres días en fijarlo en mi mente. Muchas veces por pena mejor le pido a alguien más que me repita el nombre de esa persona. El problema viene cuando ya llevo una semana de convivir con esa persona y se la tengo que presentar a alguien más. Así entonces recurro a la técnica de presentación mímica ¿cómo es? Bueno, llega otra persona de quién sí recuerdo su nombre y digo “¡Aaaah! (exclamación de gusto), mira te presento aaaaaa…. (y es aquí cuando con las manos señalo a la persona cuyo nombre sí sé pero sin decirlo, así como si fuera de esas edecanes que muestran el premio en un concurso), espero a que diga su nombre y repito el paso pero con la persona que no recuerdo su nombre. Así me evito el oso y también me sirve de recordatorio. ¿Podría cambiar un poco de “astucia” por más memoria?

10. Alguien me cuenta algo interesante, algunos días después estoy con la misma persona y le digo, “alguien me contó que bla bla bla…”, y después de contar el chisme me dice “¡no mames pendejo! ¡Fui yo!”. Y todavía yo ¿sí?... Una vez más ¿puedo cambiar mi pendejez por algo de memoria?

Estoy seguro que por ahí deben de haber más, pero como se demostró en los dos últimos puntos, pos no me acuerdo de más. Pero si llego hacerlo, abriré otra entrada.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
como se lo dije mi estimado, eso del jaboncillo tubo muy raro pero en fin enfin
Anónimo ha dicho que…
Solo creo que eres un poco despistado :B
Bruno ha dicho que…
no eres el único con lo del jabón, aunque si, como dice alguno de los otros comentarios, es muy raro, ajaja. y lo de las palomitas.. he aprendido a evitar que caigan en mi ropa

Entradas populares de este blog

¿Cheetos sabor Naranja?

La película que más me impresionó