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Mostrando entradas de febrero, 2009

Al fin me colé... ¡coca cola para todos!

Hace ya algunos años (tal vez dos), el buen Leo Yoshikuki nos invitó a ver el Musical "hoy no me puedo levantar", original de Nacho Cano con mucha música de él que compuso en el grupo Mecano y como solista. La verdad es que me encantó. Mi niñez fue en la década de los 80's, cuando el pop estaba en pleno apogeo, y Mecano fue uno de los grupos que más me influenció. En dicho musical, toda la música fue excelente, y la historia también. De hecho hay muchas canciones a las que les encontré el sentido. Eso es chistoso porque muchas me las sabía y hasta las cantaba. Pero de verdad por fin vi la luz de la verdad en muchas y sí me quedé atónito. Por citar un ejemplo: "el fallo positivo", una de las canciones que más me laten. Pero no sabía de qué hablaba. La verdad es que no le ponía mucha atención, sólo la cantaba y ya. Citando la letra de la canción para que se den una idea, seguramente ustedes serán más inteligentes de deducir de qué habla la canción: El fallo positi

Del 4º y 5º paso a la muerte

Hace unos días leí una nota en el periódico que me llamó la atención y me hizo pensar mucho acerca de la religión en general. En como a través de algo que se supone que debería de ser algo para bien, termina en tragedia. Siempre me sorprende el poder de manipulación masiva que la religión puede tener. Y digo, no es nada nuevo y no lo digo yo, la historia misma ha sido testigo de cómo las iglesias, en grandes juegos de poderes, se apoderan de los bienes de sus adeptos y los exprimen de una forma aparentemente sencilla. Por aparente quiero decir que sólo tienen que llenarles el cerebro con ideas manipuladas de lo que los primeros “hombres de razón” escribieron como explicación cosmológica de nuestra naturaleza. Pero en fin, no dejo de sorprenderme hasta donde llega la aspiración por el poder del hombre. Y bueno, para que sepan de qué estoy hablando, he aquí la nota completa: Cuarto y quinto paso, ¿violencia sanadora? La madre de Ramiro descubrió que su hijo de 16 años fumaba piedra y mar

Un poco retrasado, pero he aquí un cambio

Bueno, ya estamos en febrero y al parecer ya había dejado un poco olvidado este blog. La verdad es que así fue. La razón, bien la escusa, o como diría yo: el pretexto barato, es que en enero tuve algunos trabajos de edición y de mantenimiento de computadoras que hacer; y también dejé muchos pendientes antes de mi viaje. Entre muchos, el arreglar mi cuarto… ¡y vaya que le dediqué tiempo a ello! Poco más de una semana me la pasé arreglando, día tras día, sacando lo que ya no sirve, revisando lo útil de lo estorboso, etc. También con la llegada de mi familia de Chiapas, un nuevo miembro llegó a la casa. Al principio, y debido a la falta de un nombre, yo lo llamaba Pancho. Pero al parecer, el nombre definitivo es Kobac (no tengo ni “p” de idea de cómo se escribe, pero así suena). Así que sus “gracias” me hacían (y aún me hacen) trapear muy seguido. En fin, pero ya retomando la vieja tarea de escribir, he hecho algunos cambios en este espacio, desde el diseño, y principalmente el nombre. La

Chiapas, donde el color verde, sobra.

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El 28 de diciembre me fui de vacaciones a Chiapas con mi familia. La mayor parte del tiempo me la pasé en San Cristóbal de las casas. Pero también tuve la oportunidad de visitar San Juan Chomula, Zinacantán, Tuxtla, Chapa de Corso, el Cañón “el Sumidero”, Palenque, las cascadas de agua azul y la cascada de Xel Ha. Lo que me dejó impresionado, son los hermosos paisajes llenos de verde. En las carreteras que atraviesan la sierra, cuando estás a lo alto de las montañas, en ocasiones estábamos, literalmente, sobre las nubes. Lo que no me gustó, es que a veces la gente trata de ser aprovechada, y más con el turismo. Bueno, no en todos lados, sólo en dos lugares en especial, San Juan Chomula y Zinacantán. En Chomula, porque un día fuimos y una prima intentó sacar una foto (de lejos) de la Iglesia, inmediatamente mucha gente del tianguis en el que estábamos se paró y comenzó a decir no sé qué tantas cosas, en su idioma, y por eso no entendimos nada. Luego nos explicaron que hasta por querer s