Instintos, sueño y Guanajuato
Releyendo la entrada anterior, me acabo de dar cuenta que no todo es malo. Yo he sido un activo partícipe de la idea de que somos animales y que todo lo que hacemos e incluso lo que pensamos, está regido por cosas tan simples como lo son los instintos. ¿Por qué es mucho más fácil recordar nuestros fracasos que alguna victoria? Esta idea de los instintos sugiere que el exaltar nuestros fracasos sobre lo bueno que nos pasa en la vida, está subyugado al gran instinto primero, es decir, a el instinto de supervivencia. Cuando fracasamos, dicho instinto hace que tal experiencia quede tan grabada en nuestra memoria a tal grado que la recordaremos hasta que nos hayamos muerto. ¿Por qué? bueno, porque tenemos que aprender de nuestros errores para no volver a cometerlos en el futuro. Así de esta forma se explica cómo es que recordamos más fácilmente cosas como los accidentes o algunas otras experiencias malísimas (secuestros, asaltos, violaciones, etc.) que anécdotas como cuando conquistamos el