¿Acaso será de cobardes?

Son poco más de las 5 de la mañana y no puedo dormir, ¿por qué?

Situación:
Justo cuando me disponía a dormir, ya acostado, recordé una plática que tuve con buen amigo el viernes pasado, lo cual ha mantenido mi mente tan ocupada pensando en un solo tema, que ya estoy harto y siento que tenía que venir a escupirlo aquí, a ver si así puedo conciliar el sueño.

Lenguaje:
El viernes, mi amigo me contó acerca de una persona que se intentó suicidar, pero al parecer se dieron cuenta y lo llevaron al hospital a tiempo para salvarlo. Ahora está en recuperación (bueno, eso fue el viernes. No sé si ya haya sido de alta).

Palabra de ocasión:
Siempre que escucho acerca del suicidio me vienen dos preguntas que me causan mucho ruido: Si te suicidas ¿eres cobarde por evadir por la “salida fácil” todos los problemas que te la vida te ha regalado? o ¿eres valiente por decidir y emprender la difícil tarea de asesinarte a ti mismo?

Cuando en la vida te topas con demasiados problemas y llegas a un punto en el que no puedes resolverlos, caes en la depresión. Cuando hablo de problemas, me refiero a GRANDES, los cuales no te permiten salir adelante de ninguna manera, no hasta que los soluciones. Sin embargo, ya que has buscado todas las maneras que están en tú posibilidad (digo, porque habrá algunos que tienen ventajas que les ayudarán a salir adelante, pero otros simplemente no tienen los recursos para superarlos sin meterse en más líos), entras en un nuevo dilema que se convierte en otro problema, dificilísimo de superar: ¿seré capaz de matarme?

Según mi punto de vista, ninguno de los problemas que tengas, ni siquiera el mayor de todos, te da tantas vueltas en la cabeza, como el tema del propio suicidio. Es casi como decir “es todo o nada”, en otras palabras, renuncias a todo lo que has vivido y te matas o buscas algo más por lo cual luchar. Es una decisión nada fácil. Son tantísimas cosas a considerar. Para todos los demás, es fácil decirle a un suicida “hay tantas cosas hermosas en la vida, cosas por qué luchar. No te dejes vencer fácilmente”. Mi pregunta para los que dicen tal cosa es: ¿menciona tan sólo una? El que no tiene problemas y vive fuera de ellos (al menos los de esa intensidad) disfruta de vivir debido al placer que las bonitas cosas le provocan
. Creé que puede ponerse en los zapatos del deprimido y decir “sé por lo que estás pasando”. Definitivamente quién dice eso está mal. Si supiera por lo que una persona en extrema depresión siente, estaría a punto de suicidarse también. La gran mayoría de los que están felices y contentos de vivir la vida tacharían de cobarde a un suicidado. Incluso yo lo hice, llegué a decir “¿y? ¡que mejor! Un problema menos del qué preocuparse”. Pero nunca tomé en cuenta el valor que se necesita para cometer suicidio. Un amigo deprimido que me tenía mucha confianza pasó por esto, me di cuenta que por más que lo intentaba, no lo podía comprender, sus zapatos eran de un tipo que jamás había visto y en los que no me podría poner. No encontré muchas palabras de aliento. No supe cómo lidiar con esa situación. Aún hoy en día me pregunto si debí mentirle y pintarle un mundo maravilloso. Me pregunto si estoy arrepentido o no de dejarlo ir.

Algo también importantísimo de considerar, es el fracaso en el intento del suicidio. Las consecuencias que conlleva no poder matarte a ti mismo. Es algo así como el peor de tus fracasos. Es decir, has fracasado en muchos aspectos de tu vida, no puedes remediar las consecuencias de esos fallos y luego tomas la decisión más grande de tu vida (acabar con la vida propia). ¡Es un gran paso! Pero si simplemente no puedes hacerlo ya cuando tienes todo para hacerlo, se convierte en el más grande de todos tus fracasos. Si, como en el caso de la persona que me contó mi amigo, te salvan a tiempo, o simplemente decides no realizar el plan, te consideras el güey más perdedor que has conocido y que jamás hayas conocido. No es algo fácil de superar. Yo digo que aunque salgas de la depresión y puedas construirte una mejor vida, ese fracaso es una de esas cicatrices que verás toda tu vida cada vez que te mires al espejo. Algo que nunca superarás. Porque sabes que fue la decisión más grande que una persona puede hacer en la vida.

¿Alguna vez habías pensado en eso?

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