Una tras otra
A veces me pregunto por qué sólo escribo cuando me siento mal, me gustaría hacerlo más seguido pero por todo lo contrario, es decir, cuando esté contento y feliz. Desafortunadamente esta ocasión no es así. Quiero contarte que me pasó el día de hoy.
Resulta que llevé a mi hermana a Walmart en carro (sí, así es, una vez más una mala experiencia en auto). Cuando veníamos de regreso, en la salida del centro comercial me detuve para cuidarme de los carros que venían para poder dar vuelta a la derecha. Esa avenida está dividida por un delgado camellón, y justo en frente de la salida en donde estaba yo hay un retorno que normalmente se usa para acceder a la tienda si vienes del otro lado. Cuando el camino estaba libre (al menos a mi izquierda) comencé a avanzar pero justo veo que hay un carro de frente. Ya no pude frenar y lo golpeé. La ventaja es que yo nunca acelero rápido, por lo tanto el golpe fue muy poco. Yo nervioso, dije “¿qué hago?, mi hermana me dijo “no te pongas nervioso, échate de reversa”, así que así lo hice. Ya estacionados los dos carros, nos bajamos ambos conductores. El señor del otro carro según quiso abrir el cofre del motor y no abría, me preguntó “¿tienes seguro?”, y yo dije que no. “¿Tienes usted?”, pregunté, me respondió que sí, “¿cómo le hacemos?” inquirió. Mi hermana que ya se había bajado “¿usted que propone?”, replicó. “Pues es que va a costar como 2500 pesos, porque me pasó algo parecido del otro lado y en eso salió”. Mi hermana le dijo que sólo tenía 2000 en caliente. El señor aceptó. En lo personal a mí se me hizo muchísimo dinero para lo que había sido. Y le dije a mi hermana, “y si vamos con el mecánico para que nos diga cuanto es? o como veas”, entonces ella lo pensó pero al final fue a un cajero a sacar el dinero. Ya que venía de regreso mi hermana le dijo al señor “¿sabe qué? mejor vamos al mecánico porque yo tengo que comprobar el gasto. Así que nos fuimos a uno cerca de aquí de donde vivo. En efecto, el presupuesto fue de 2800 pesos tan sólo de la pintura y el golpe a la defensa. Querían ver si no había algún daño interno pero puesto que la tapa no abría, no podían agregar nada más al precio. Al señor le dijeron que si dejaba el carro en ese momento lo tendrían listo para el sábado. El señor dijo que se quedaría sin carro tres días. “Mejor deme los dos mil y yo veo cómo le hago con el resto”, para no tener ningún problema mi hermana aceptó y le dio el dinero, pero antes de irnos le preguntó que si le dejaba algún número para pagarle el resto, él dijo que no había problema. Yo me disculpé, pero sólo medio me ignoró y dijo “sí, sí, sí”. Luego nos fuimos. Ya llegando aquí, me puse a pensar la situación y me dio mucho coraje la conclusión a la llegué. En primer, yo iba a dar vuelta a la derecha y estaba en mi carril. No entiendo porqué choqué justo de frente. Teniendo mucho espacio el señor por su de derecha, no sé por qué invadió mi carril. ¿Por qué no llamó a su seguro? Si la culpa no fue de él ¿por qué no nos exigió que pagáramos los desperfectos y no aceptó que mi hermana le diera un número? Según la segunda ley de Newton, el daño que recibieron los autos tenía que ser casi proporcional, sin embargo el carro de nosotros sólo tenía un rozón y la placa se dobló, ¿acaso ese pequeño golpecito podría haber provocado que la tapa del cofre no abriera? ¡Demonios! Todas esas preguntas me llevan a inferir que el señor todo lo planeó, que todo fue a propósito con tal de no pagar el total de los desperfectos que yo no hice del todo. Maldita mente, ¿por qué no pensé antes todo lo que ahora sé? ¿Por qué hay gente que se aprovecha de tontos novatos como yo para enmendar sus propios desperfectos?
Esta semana no ha sido muy buena para mí, para nada buena. Desgraciadamente a penas es miércoles y no sé qué más puede pasar. Una deuda de 2000 pesos, acumulación de problemas viejos y un estado emocional voluble, ¿qué más agregaré a la lista para cuando termine la semana?
Resulta que llevé a mi hermana a Walmart en carro (sí, así es, una vez más una mala experiencia en auto). Cuando veníamos de regreso, en la salida del centro comercial me detuve para cuidarme de los carros que venían para poder dar vuelta a la derecha. Esa avenida está dividida por un delgado camellón, y justo en frente de la salida en donde estaba yo hay un retorno que normalmente se usa para acceder a la tienda si vienes del otro lado. Cuando el camino estaba libre (al menos a mi izquierda) comencé a avanzar pero justo veo que hay un carro de frente. Ya no pude frenar y lo golpeé. La ventaja es que yo nunca acelero rápido, por lo tanto el golpe fue muy poco. Yo nervioso, dije “¿qué hago?, mi hermana me dijo “no te pongas nervioso, échate de reversa”, así que así lo hice. Ya estacionados los dos carros, nos bajamos ambos conductores. El señor del otro carro según quiso abrir el cofre del motor y no abría, me preguntó “¿tienes seguro?”, y yo dije que no. “¿Tienes usted?”, pregunté, me respondió que sí, “¿cómo le hacemos?” inquirió. Mi hermana que ya se había bajado “¿usted que propone?”, replicó. “Pues es que va a costar como 2500 pesos, porque me pasó algo parecido del otro lado y en eso salió”. Mi hermana le dijo que sólo tenía 2000 en caliente. El señor aceptó. En lo personal a mí se me hizo muchísimo dinero para lo que había sido. Y le dije a mi hermana, “y si vamos con el mecánico para que nos diga cuanto es? o como veas”, entonces ella lo pensó pero al final fue a un cajero a sacar el dinero. Ya que venía de regreso mi hermana le dijo al señor “¿sabe qué? mejor vamos al mecánico porque yo tengo que comprobar el gasto. Así que nos fuimos a uno cerca de aquí de donde vivo. En efecto, el presupuesto fue de 2800 pesos tan sólo de la pintura y el golpe a la defensa. Querían ver si no había algún daño interno pero puesto que la tapa no abría, no podían agregar nada más al precio. Al señor le dijeron que si dejaba el carro en ese momento lo tendrían listo para el sábado. El señor dijo que se quedaría sin carro tres días. “Mejor deme los dos mil y yo veo cómo le hago con el resto”, para no tener ningún problema mi hermana aceptó y le dio el dinero, pero antes de irnos le preguntó que si le dejaba algún número para pagarle el resto, él dijo que no había problema. Yo me disculpé, pero sólo medio me ignoró y dijo “sí, sí, sí”. Luego nos fuimos. Ya llegando aquí, me puse a pensar la situación y me dio mucho coraje la conclusión a la llegué. En primer, yo iba a dar vuelta a la derecha y estaba en mi carril. No entiendo porqué choqué justo de frente. Teniendo mucho espacio el señor por su de derecha, no sé por qué invadió mi carril. ¿Por qué no llamó a su seguro? Si la culpa no fue de él ¿por qué no nos exigió que pagáramos los desperfectos y no aceptó que mi hermana le diera un número? Según la segunda ley de Newton, el daño que recibieron los autos tenía que ser casi proporcional, sin embargo el carro de nosotros sólo tenía un rozón y la placa se dobló, ¿acaso ese pequeño golpecito podría haber provocado que la tapa del cofre no abriera? ¡Demonios! Todas esas preguntas me llevan a inferir que el señor todo lo planeó, que todo fue a propósito con tal de no pagar el total de los desperfectos que yo no hice del todo. Maldita mente, ¿por qué no pensé antes todo lo que ahora sé? ¿Por qué hay gente que se aprovecha de tontos novatos como yo para enmendar sus propios desperfectos?
Esta semana no ha sido muy buena para mí, para nada buena. Desgraciadamente a penas es miércoles y no sé qué más puede pasar. Una deuda de 2000 pesos, acumulación de problemas viejos y un estado emocional voluble, ¿qué más agregaré a la lista para cuando termine la semana?
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