Discurso motivacionalmente sin motivos

Sí te preguntabas que qué había pasado conmigo, por qué me ausenté tanto tiempo de aquí, la verdad es que tuve que esconderme, huir del país por un tiempo debido a la amenaza que recibí el 5 de julio. Tuve tanto miedo que hasta cambié de identidad... y de sexo. Así que si ahora no me reconoces, lo entenderé. Pero también sé que pensarás que soy más atractiva... persona ahora. Pero bueno, digamos que ahora que regresé pues como quise retomar mi antigua identidad, ahora soy un travesti. Lo mejor de todo es que no se nota. ¡Jaja! Basta de delirios y retomemos.

Últimamente he pensado mucho. Claro, es rarísimo porque yo no suelo hacerlo. Usualmente pendejeo en mis pensamientos. Sin embargo ahora más allá de meterme en un simple quehacer de pensar, he filosofado. ¡Guau! ¡Qué emocionante! ¡se siente tan bien dejar de ser un pendejo que piensa pendejadas para seguir siendo el mismo pendejo que filosofa pendejadas! Me agrada mi nuevo yo, me gusta ser taaaaan optimista.

Esta tortura filosofal comenzó unas dos semanas atrás cuando me fui de viaje a Tepoztlán con Ramón y el Mike. Subimos el cerro y admiramos un rato el paisaje. Ahí sentado sobre la pirámide, contemplaba el que tuve esa oportunidad de llegar hasta allá. Haber alcanzado ese espacio en ese tiempo. En otras palabras, pensaba en el tiempo que he vivido y en el camino que me ha llevado hasta donde estoy. Momentos más tardes esa incógnita fue aplastada por una nueva cuestión más pesada: ¿Lo ha valido? ¿Qué de bueno he hecho de mi vida?
Después de bajar del cerro, por la noche nos fuimos a un bar, no fuimos al "Bar-celona". Platicando ahí con mis cuates, Mike y Ramón plantearon una posible auto proyección en unos 5 años o más. Yo no expresé la mía. La razón es que yo no tengo la capacidad de hacerlo, es decir, yo no me imagino más allá de mañana. Siempre he pensado que hay una gran probabilidad de que en unos años esté muerto. No sé si sólo sea un pensamiento pesimista pero es algo, que según a mi parecer, es más real porque ¿quién puede escapar a la muerte?

Tal vez podría decir que prefiero vivir el momento, el presente. Casi podría pensar que he adoptado la filosofía de "vive el presente como si fuera el último día de tu vida". Honestamente no es tanto así, sé que voy a morir y que debería de aprovechar al máximo lo que puedo vivir en un instante, pero no lo hago. Soy tan mediocre que siempre digo ¿y para qué? De alguna forma no encuentro una verdadera motivación para nada. Es como alguna vez se lo dije a un indigente "admiro a la gente como tú, no tienen nada y sin embargo siguen adelante. Yo nací hecho un zombi: Naci muerto pero por alguna razón sigo vivo."

En fin, se supone que no hablaría más de pendejadas depresivas en este espacio. Aunque eso podría ser mi motivación de escribir aquí.... ¡Maldición! La primera que encuentro y ahora me desanima. Como sea, quiero agradecer públicamente al Mike y al Ramón por hacerme filosofar pendejada y media. Claro, también he pensado que no he valorado suficientemente lo que todos los que me rodean hacen por mí. Así que también les agradezco a todos, todo.