Crónicas de una jornada en un 5 de julio

5 de julio,
6:30 a.m.

¡Ring Ring!
El despertador de mi celular comienza a sonar. A medio dormir lo detengo. Un minuto después mi mamá toca la ventana de mi cuarto gritando: ¡Beto ya son las 6 y media. Ya párate! Prendo la luz y me duermo cerca de 5 minutos más hasta que mi despertador suena una vez más. Con toda la hueva del mundo me levanto y me pongo el pantalón. Nuevamente me recuesto y comienzo a dormirme. Me doy cuenta y me obligo a levantarme. Termino de vestirme y bajo a desayunar. Mi mamá me había calentado unas banderillas fallidas que el día previo yo había preparado (¿Fallidas? Claro, me salieron muy mal y parecían hot cakes ovalados con una salchicha encima). Con la misma masa con la que se cubren las salchichas me hice unos hot cakes porque descubrí que las banderillas no son otra cosa más que salchichas con cubierta de hot cake y con más grasa.

7:35 a.m.
Salgo de la casa con mi "paquetote" en la mano. Cruzo la calle y llego al punto. Al lugar en el que estaría aproximadamente 12 horas. Cruzo la puerta y veo mucha gente en pleno barullo, armando mesas, moviendo sillas, hablando, confundida y nerviosa. Fue entonces que me dije: "Bueno, creo que aquí todo comienza. Bienvenido a la jornada electoral del 5 de julio señor presidente de mesa directiva de consejo para las elecciones locales del DF"

7:45 a.m.
Me doy a la tarea de buscar el lugar idóneo para comenzar a instalarme. Pongo algunas cosas en una mesa y me dicen que está ocupado. Entonces me percato que en la casa en la que estaba se instalarían 4 mesas. Encuentro una mesa al fondo y no era de nadie, así que comienzo con el armado de dicha mesa. Mi mamá, que fue nombrada como suplente, me ayudó junto con un representante de partido del PRD. Luego de eso comenzamos a armar las mamparas que es en donde el ciudadano secretamente emite su voto. En ese momento llega la que nos capacitó y me dice que ya había llegado el secretario de mi mesa pero estaba en la equivocada. Él viene y nos ayuda con el armado de todo.

8:15 a.m.
Ya todo armado y puesto que no había llegado el escrutador, me vi obligado a nombrar al único suplente con dicho cargo, es decir, mi mamá. Estábamos terminando de contar las boletas cuando ya había gente que quería votar. Así que nos apuramos, nos sentamos y anuncié oficialmente la apertura de nuestra casilla. Comienzan a pasar uno a uno los electores. Las boletas supuestamente tenían un suaje para su fácil desprendimiento. A simple vista no se notaba, así que las primeras boletas que corté se rompieron levemente de la orilla. Un elector incrédulo preguntó que si eso no era causa de que su voto pudiera ser anulado. Yo le dije que no. Mientras no hubiera un corte sobre las imágenes de los partidos no habría problema. Poco antes de salir de mi casa me había preguntado "¿quién chingados se levanta temprano en domingo para ir a votar? ¿Por qué no abrimos más tarde?". Bueno, pues aprendí que el único huevón en el mundo soy yo.

Luego de la primer oleada de votantes, todo iba ocurriendo tranquilamente, con oleadas de unas tres o cuatro personas, luego un descanso, luego una persona, descanso y más oleadas del mismo número en promedio.
Yo desde un principio quería estar al fondo, lo más alejado de la entrada. Porque normalmente llega la gente sacada de onda y no sabe a dónde debe ir. Así preguntan siempre en la primera mesa y ya los mandan a su lugar correspondiente. Así, los que llegaban hasta el fondo llegaban directamente a votar. A la entrada estaba la mesa de elecciones locales con letras de la A a la K y luego la mesa de elecciones federales, enseguida las federales de la L a la Z y finalmente nosotros las locales L a Z. Así si veíamos a alguien que llegaba a votar en la mesa de al lado, nos preparábamos porque seguro pasaría con nosotros. Otra razón del querer estar al final es que si por alguna razón se daba un incidente, los primeros en salir serían los cercanos a la puerta. Qué listo ¿no?... Pues no, resulta que los únicos incidentes se dieron en las dos mesas del fondo. Maldita suerte.

El primer incidente ocurrió en la mesa en la que yo estaba. Llega un señor de 69 años a votar. El secretario me dice que la foto de su credencial no corresponde con la de la lista nominal. Es decir, sí era la misma persona, pero en la foto de la credencial estaba muy joven y en la lista estaba más viejo. Le comentamos que si no traía la más reciente y nos dijo que la había perdido. Así que le hicimos saber que no lo dejaríamos votar, paso seguido se exalta y nos comienza a gritar de que era su derecho votar y que quién chingados era el presidente. "¡Yo soy señor!" le dije, "pues yo he sido muchas veces funcionario y sé cómo funciona" fue su argumento, "me sorprende entonces que venga a gritarme y a exigirme sus derechos y no recuerde sus obligaciones. ¿O ya se le olvidó que tener dos credenciales es un delito? Si usted perdió su credencial más reciente y me trae una anterior eso significa que usted tiene o tuvo dos credencial a la vez. ¿O me equivoco? Qué conveniente que lo haya olvidado aunque viéndolo podría comprender que sí sería posible (claro, aludiendo sutilmente a su edad)". "Allá sí pude votar ¡Mire! (me muestra su pulgar derecho el cual estaba marcado con la tinta indeleble". Entonces llamé por teléfono a mi capacitadora para informarle la situación. Ella me informó que no le permitiera emitir el voto y que le recogiera la credencial. Entonces le dije al señor lo que haría y que me arrebata la credencial: "¡Yo te conozco y sé en dónde vives! Voy a levantar un acta". "Me daría gusto que lo hiciera señor, indudablemente es su derecho. Y me va a dar aún más gusto cuando pierda todos sus derechos como ciudadano al ser preso por cometer un delito federal", eso fueron mis últimas palabras hacia él. Pero claro, la gente orgullosa tiene la última palabra: "¡Bueno, yo no'más digo. Sé dónde vives!". Y se retiró. Así que tuvimos nosotros que llenar un acta de incidentes de la jornada electoral. Posteriormente llegaron más personas con el mismo problema, pero la cuestión era que en la mesa federal se les permitía votar pese a que les expliqué cuál era el asunto y que eso era un delito, así cuando pasaban a mi mesa me alegaban (aunque de manera más diplomática) que si habían podido votar en la "otra mesa". Así que desafortunadamente luego tuve que omitir la regla.

El otro incidente se dio en la mesa de al lado, que era la federal. Resulta que una persona quien era representante de partido político llegó y emitió su voto, y a la hora de que le iban a marcar el dedo, se dieron cuenta que ya estaba marcada. Le preguntaron que por qué, y ella respondió que había votado en la casilla en la que estaba de representante y que se había equivocado al llegar ahí, que no sabía que no le correspondía votar en esa mesa. En otras palabras, votó dos veces para diputados federales. La solución que determinaron los de la mesa era anular su voto, lo cual era lo más tonto que había escuchado porque si el voto es libre y secreto ¿cómo saber cuál era el voto que ella emitió? Ni cómo preguntarle por quién votó ya que se estaría violando lo del voto libre y secreto. Ya no supe cómo resolvió ese asunto, lo que sí que vi es que su capacitadora puso cara de muy enojada. Digo "muy" porque de por sí todo el día tenía cara de fuchi y andaba de gruñona gritándole a todo mundo, pero cuando supo lo de ese incidente pues se arrugó aún más. Mi mesa estuvo exenta de eso porque como éramos del fondo pues ya no llegaba hasta allá.
De ahí en fuera todo se llevó a cabo bien. Lo único a destacar es que después de cerrada la casilla a las 6 p.m. en el momento del escrutinio, es decir, al contar los votos, a mi mamá se le olvidó que por ese día yo dejaba de ser su hijo y me convertía en su "jefe", y que tenía que hacer las cosas como yo le decía. Pero como ella es rete necia, pues lo hizo a su modo de todas formas, por lo que nos retrasó a la hora del conteo. Pero al final todo estuvo bien. En mi mesa ganó el PRD tanto en Jefe delegacional como en los diputados de la asamblea legislativa. Y me dio risa que el Pan perdió ante el voto nulo. Ahora, si el Pan era el tercer lugar, imagínense los del PRI y los demás. Para cuando nosotros estábamos empacando, la mesa local de la A-Z ya habían terminado y como yo me iba ir con la presidenta de esa mesa a entregar el paquete, nos ayudaron a terminar más rápido. Nos fuimos en carro y por ser domingo fuimos y venimos pronto. En el lugar a entregar el paquete estaba muy bien organizado, así que nos tomo unos 5 minutos en terminar y ser libres al fin. También me percaté de que todos ahí habían sido entrenados muy bien, en el sentido que sabían que muchos de los que irían ahí estarían hasta la madre y hartos de estar más de 12 horas haciendo ese trabajo. Así que todos te decían cosas como "bienvenido señor presidente", "Por este lado señor presidente" y casi todo con "señor presidente", y de esa forma casi todos eran persuadidos de sentirse importantes y con el ánimo más levantado de dar el último esfuerzo y entregar el paquete sin recibir mentadas de madre.

Llegué a mi cuarto cerca de las 10 de la noche. Con un intenso dolor de cabeza y harta hambre. Cené y revisé mi correo y me fui a la camita. Ya acostado me dije "Hizo usted un buen trabajo, bueno no exageremos. Digamos que usted cumplió con su trabajo señor presidente. Un momento... Ya no eres presidente. Nuevamente eres el güey "x" de siempre. Regresas a ser nadie".
Y después de mucho tiempo, dormí rápidamente y muy rico por casi 15 horas, y hubiera dormido más de no ser porque me dolía mi espalda y ya tenía todas las tripas pegadas a ella.

No fue una experiencia que me haya emocionado que digamos, tampoco me anima y me hace cambiar de parecer en cuanto a la democracia y política de este país, pero me siento mejor porque gané algo de todo esto: Una amenaza de muerte. Estoy que me desmallo de la emoción. ¡Yuju!

Comentarios

Leo Yoshiyuki ha dicho que…
Ya te entiendo. A mi me tocó ser Secretario hace seis años y pues si, hay muchas cosas que te explican en el curso que piensas que no vam a suceder y se dan. A mi me tocó que tuvimos que cambiar la mesa de lugar porque empezó a llover y un par de borrachines, sin contar la oleada de "ciudadanos" que llevan su credencial viejita. Y el conteo de votos, sobre todo si te tocan juntos representantes del PRI y del PRD...

Lo más triste de todo amigo mío, es que tienes una amenaza de muerte sobre tus hombros, lo más WTF?, es que te la ganaste por querer defender la ley.
Anónimo ha dicho que…
ya se donde vives ojete, te lo adveerti por no dejarme votar ehhhh,jajajajajajaja, no cheto, como esta señor presidente? un gusto leer su diario de un dia muy importante para......... aver espera pus importante pa los politicos pa ver kien va a ganar mas no, señor presidente? kiero mi banderilla , mmmmmmmmmmmm, señor presidente,el fbi lo proteje contra atakes terroristas señor presidente no se preocupe, como siempre un gusto señor presidente. Saludos señor presidente.y escriba mas seguido señor presidente eh.un gustazo conocerlo señor presidente y cuente conmigo señor presidente. Adios señor presidente, no olvide su gran labor señor presidente.

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