Alquimia imposible

Una vez más, han pasado 6 años desde la última vez que escribí en este blog. Han pasado demasiadas cosas y por mucho tiempo me sentí falto de inspiración para hacerlo. Seguramente los como 3 lectores ya ni siquiera están interesados en lo que pasa por estos lares, y los entiendo, los caminos que hemos ido recorriendo han tomado rumbos muy separados y distantes entre sí.

Como sea, esa inspiración ha llegado y se debe a una persona muy especial para mí, a quien le dedico la actual entrada y cada una de las palabras se dirigen desde lo más profundo de mi corazón sólo para tí:

De antemano lo que te voy a decir, no es para juzgarte ni decirte que estás mal, porque es mi punto de vista y es probable que yo también esté errando pero aquí voy:

Voy a hacer una cita que tal vez te suene familiar:
"¿Sabes? Estoy cansada, he estado huyendo toda la vida y sintiéndome culpable por las acciones que tú y mi papá hicieron. He estado huyendo de tí, de la familia y de mí misma. Me he sentido juzgada, me he juzgado... y tienes razón, tal vez esta sea la noche en la que ponga un alto y que ya no me haga responsable por lo que no me corresponde... Soy yo misma. Siempre me he sentido impotente y controlada por ustedes, pero ya es hora que me haga cargo de mis propios errores."

Hay muchas cosas interesantes en el pasado texto en las cuales me he sentido identificado. Voy a extraer primeramente dos fragmentos:

-"he estado […] sintiéndome culpable por las acciones que tú y mi papá hicieron." y "Siempre me he sentido impotente y controlada por ustedes"

Es algo que he visto mucho, piensas mucho y te has atado a todas las consecuencias de los actos de los demás para contigo. Te enfocas y te enfrascas mucho en lo mucho que te han y te siguen lastimando los demás. Sólo pones atención al dolor que te causa. Hay muchas cosas que ya pasaron pero sigues metiéndolas en una jeringa para inyectarte todo eso que se vuelve una especie de virus, quien se multiplica dentro de ti, altera tu sistema inmunológico y en vez de curarte, sólo te causa más sufrimiento. Sutilmente te lo he dicho, yo he estado ahí y sé lo que se siente. Y aquí tiene mucho sentido la siguiente frase de la cita anteriormente mencionada: "Me he sentido juzgada, me he juzgado", porque de por sí nos mortificamos por lo que los demás piensan sobre nosotros mismo, cuando nosotros nos juzgamos, somos muy pero muy duros. Y es que esas mentiras que nos hacen creer, las empezamos a ver como algo verdadero. Muchas años quise encajar y ser aprobado por personas muy específicas, hacía lo mejor para lograrlo y nunca fue suficiente, fallé y fallé. El problema es que tras cada fracaso, me flagelaba y me castigaba por no ser lo suficientemente bueno. Fue un ciclo interminable. En un punto de mi vida, ese camino se vio tajantemente cortado, llegué a la orilla de un peñasco con un abismo oscuro y profundo. Me puse a admirar esa penumbra que había en el fondo y me puse a pensar: 

"toda una vida para alcanzar mi meta y fallé, ya no hay por dónde ir. Soy un fracasado, no valgo la pena, soy un inútil, soy un imbécil, todo se ha acabado y la vida me trajo a esto, me trajo a un inevitable final que desde un principio era inmutable, nunca fui nada, nunca fui nadie y terminaré en ese abismo, en ese vacío."

Entonces, todo se resume en que se me hizo creer que tenía que cumplir las expectativas de esas personas y al nunca lograrlo, estaba destinado a reprocharme y auto lastimarme.

Sin embargo, hice algo que en muchas ocasiones nos enseñan a no hacer: "no mires atrás, sigue adelante". Miré atrás y noté que sobre algunas huellas que dejé a mi paso, había algunos fragmentos brillantes. Al retroceder y mirar la primera que me encontré, me di cuenta que era la pieza de un rompecabezas. Eso despertó mi curiosidad y fue camino atrás recolectando esas piezas. No pude encontrar todas, pero con las que pude reunir fue suficiente para vislumbrar un cuadro lleno de cosas buenas, de cosas que fui construyendo  por mucho tiempo y que yo mismo derrumbé porque mientras las hacía, no me importaron, estaba hipnotizado en alcanzar esa oscuridad que me llevó a ese vacío.

Al final, siguiendo con la analogía de inyectarse el virus, lo que hice fue tomar esos fragmentos, fundirlos e inyectarlos a mi sistema. Fue la vacuna que construí sin saberlo. Entró a mi cuerpo y me curó, y de ahora en adelante, cuando me ciego ante algo y me inyecto el virus resultante de la basura de los demás, mis anticuerpos mutan y me hacen ver en qué fallo, dejo de lastimarme porque veo lo capaz que soy y cómo puedo responder positivamente ante esa adversidad.

Así concluí como en el texto citado: "Soy yo misma. Siempre me he sentido impotente y controlada por ustedes, pero ya es hora que me haga cargo de mis propios errores."

Así sucedió para mí, fui yo mismo, entendí qué me hacía sentir impotente y qué me estaban controlando, pero algo que hice diferente, no fue hacerme cargo de los errores que cometí puesto que no puedo cambiar el pasado, pero aprendí de esas equivocaciones y en vez de erradicarlas, las volví mi mejor arma a través de la enseñanza que me dejaron.

Sí tiene algo de importancia lo que los demás piensan sobre nosotros, pero tiene más importancia lo que yo puedo lograr, lo que soy capaz de aprender y volver mis debilidades en mi fortaleza. Con todo eso, las personas se vuelven pequeñas y ellas son quienes admiran cuan majestuosos podemos lograr ser.

Esas emociones y sentimientos que están ahí, sí que a veces se vuelven algo inútiles cuando están envenenadas, nos ciegan y nos lastiman impidiéndonos seguir adelante, pero lo cierto es que en esta vida mundana en la que estamos atrapados, están ahí al igual que los pensamientos, esos que también se corrompen y nos llevan a la oscuridad. No podemos erradicarlos de esta vida de carne, algún día podremos liberarnos de todo ello para vivir en un plano trascendente, pero creo que para librarnos de todo ello, tenemos que hacer las pases y vivir en armonía y dejar de pelear.

Yo sé de qué eres capaz y sé todo lo que puede lograr. Pero eso no pasará hasta que no hagas las pases con tus tormentos. Muchas de las cosas que acabo de escribir, de alguna forma también han sido extractos de cosas que me has dicho, de cosas que me has enseñado y que he sido capaz de ver. Gracias por todo ello y anhelo que puedas encontrar esas piezas brillantes de tu rompecabezas para que veas la magia que has construido a lo largo de tú camino.

R.


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