Réquiem por un amigo

Antes de comenzar de lleno esta entrada y, tomando en cuenta que trata de amistad, me gustaría enviar un saludo y fuerte abrazo a mis dos grandes amigos y fieles lectores. Espero, mis estimados K' y Gud que salgan de sus guaridas y se dejen ver. Hace ya muchísimo tiempo que no los diviso.

Recuerdo que al finalizar el año me puse a reflexionar acerca de mis logros de vida y lo que había vivido en años anteriores. Llegué a la conclusión de que no han sido muchos. Sin embargo, he logrado más en cuatro años que en la década previa. Claro que eso me alegró por un momento, sentimiento que fue opacado por tristezas que surgieron en un breve momento. Y es que me puse a recordar vivencias con los pocos mejores amigos que tengo desde la adolescencia. Fue tan profundo y sincero mi sentir que en año nuevo les mandé un mensaje abriendo mi corazón y confesando lo mucho que les extraño. Además, les dije que desearía que de vez en cuando nos viéramos y echar relajo como en los viejos tiempos. El hecho es que a varios de ellos si los veo una o dos veces al año por un rato, es demasiado.

Pasados unos días, uno de mis más allegados amigos nos sorprendió con la noticia de que se casaría y quería vernos para hacernos la invitación formal. Me llené de una grata emoción y ansiosamente esperaba ver a mis cuates reunidos. Una vez más, ese sentir se convirtió en frustración al ponernos de acuerdo porque al menos uno de ellos, se puso sus moños y sólo podía un ratito. Luego se contradijo en sus excusas y fue cuando todo se volvió un coraje.  Al final todos, excepto el anterior mencionado nos reunimos y tuvimos un excelente tiempo de convivencia.

Pasaron un par de meses y por una chispa del destino y sin planearlo nos vimos mi amigo el prometido, el que fue el objeto de mi ira en la anterior reunión y yo. Ambos son de mis amigos más viejos y estimados. De hecho, por poco me perdía de esta "fantástica" reunión puesto que yo ya tenía un compromiso esa tarde-noche. Pero como casi casi era necesario que la osa mayor y la osa menor se alinearan en un treinta de febrero para que esta reunión se diera, no estaba dispuesto a dejar pasar la oportunidad. Así entonces mi primer deber se vio pospuesto por un par de horas. Fue un buen tiempo, o al menos al inicio, y entonces sucedió que escuché una frase que, metafóricamente me llevó al suelo y me sentí desorientado. La frase que a uno de ellos inocentemente se le escapo cuando hablábamos de por qué no nos veíamos tan seguido y del por qué tampoco había mucha voluntad de hacer excepciones en algunas ocasiones fue: "La verdad es que ya les dediqué (a ustedes) muchos años de mi vida". Zaz! Puk! Madrazo con un poderoso derechazo que hizo contacto directamente en mi pómulo izquierdo. "Estoy completamente de acuerdo", agregó mi otro amigo. Puaz! Zuk! Madrazo con un fuerte izquierdazo golpeando mi cachete derecho. Creo que el resto de la reunión me la pasé pensando en ello sin poner más reparos en la conversación en progreso. Incluso hasta el este momento sigo confundido.

Yo sé que, amigo lector, esto suena de ardido, insensato y me dirás: "es algo que no entenderás hasta que te encuentres en la misma situación. ¡Ya cásate y deja de andar chillando!". Claro, completa razón has de tener. Definitivamente respeto la decisión y por supuesto que estas líneas o cualquier cosa que les diga a mis ahora súper lejanos amigos, no evitará cambiar su sentir. De hecho, ni siquiera sería mi intención. Sólo quiero expresar mi punto al igual que ellos lo hicieron.

En mi retorcida mente pienso que por algunos años que nos dedicamos los unos a los otros, ahora lo que me queda es el resto de sus vidas en la lejanía. Ya agoté mi cuota y ahora me toca esperar largos turnos, que se sienten igual que las citas que te dan en el seguro social. Puede ser que para cuando te toque ir, igual y ya estás muerto porque no te atendieron a tiempo. No sé si está bien o mal, pero creo que viendo el lado positivo ya sé que puedo esperar.

Bueno, así entonces me tendré que preparar para la boda, acto maravilloso que para mí se convertirá en un típico y casi olvidado funeral tipo prehispánico. Me alegraré por el paso al más allá de esos amigos. Con la cabeza en alto rendiré honores a aquellos quienes me acompañaron por algunos años, a quienes recorrieron los senderos de la vida a mi lado, a quienes me marcaron positivamente y sobre todo a quienes me han ayudado a definir quién soy en este momento. Muchas gracias a todos a sobremanera por todo y mis mejores deseos para este nuevo sendero que los lleva a otro mundo muy separado del mío. Sepan que yo estaré sobre este camino por un tiempo más.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Qué bueno retomes tus escritos ya sabes que soy tu más fiel lector . Nos tenías olvidados .

Entradas populares de este blog

El top 10 de lo inevitable

¿Cheetos sabor Naranja?

La película que más me impresionó