Violado, loco y divino.

El fin de semana pasado estuvo medio loco y lleno de enigmas. Creo que son de esas coss que no podré entender nunca, pero aquí va.

Priemero, el viernes tuve la oportunidad de visitar un reclusorio. Lo más destacable es que me cae que perdí la virginidad de ser manoseado tantas veces cada vez que atravezaba un puerta. ¿Sabes cuál fue lo peor de todo? Todos se agazajaron conmigo y nadie siquiera me invitó un café o una chela o ni siquiera un teléfono y un "te llamo beibi". De alguna forma sí se siente un ambiente pesado.

Ese mismo día por la noche, salía del metro politécnico y ¡madres! Un cabrón me llega por atrás y que me asalta. "¡Dame todo lo que traes!" me dijo, mientras sentí que me puso algo en la espalda y me agarró del hombro. "Mi cartera está en la bolsa de atrás de mi pantalón" le dije. Inmediatamente me empieza a manosear las nalgas mientras sacó mi cartera. "¿Qué más traes?" me dijo. En eso en el eje central un carro se dió un enfrenon rechinando las llantas con el pavimento. Luego de eso me percaté que ya no sentía ese algo en mi espalda y que ya no me sostenían por el hombro. Así que cautelosamente me giré y a lo lejos vi al cuate que me asaltó corriendo alejandose de la escena del crimen. Y como siempre, la gente que iba saliendo del metro andaba de chismosita mirándome y viendo al cuate que se alejaba. En eso por algúna razón me empecé a reir. No lo entiendo, no sé por qué. Tal vez de nervios, tal vez de miedo, tal vez de coraje, tal vez de impotencia, tal vez de... no lo sé. Pero hay algo muy curioso en este asunto. Esa tarde regresaba de una unidad habitacional en la que dejas una identificación para acceder. Cuando me regresaron mi credencial de elector, me dio hueva de ponerla en la cartera. También cuando iba por el metro instituto del petroleo se le acabó la pila a mi reproductor y como no llevava repuesto, pues lo guardé así que ya no lo llevaba a la vista. Debido a la mi crisis financiera, el asaltante se llevó una cartera con 20 pesitos y con una plumilla para guitarra. Así que esa noche no cené.

El sábado por la noche tuve una conversación con Dios. En resumen yo le pregunté a manera de reclamo el por qué deja que a sus creaturitas amadas les pasen tantas cosas como lo que nos pasa últimamente. A ello me respondió "¡A ver cabrón! Dejemos algo claro. No me culpes de las mamdas que ustedes provocan y que les afecta a sí mismos. Yo no tengo la culpa de que sean autodestructivos y se lleven al mundo con ustedes. Soy un Dios creador, más no una niñera. Lo más entretenido es ver que mientras más 'evolucionan', más bestiales se vuelven." En ese instante dije, "¡oh Dios! Muy sabio eres y no tengo argumento para alegarte". Siguió el sueño y luego desperté. Al analizarlo me llegué a la indudable condición de que no fue nada divino, en realidad hablé conmigo mismo, porque tal vez yo hubiera respondido de esa forma si un güey me sale con esa tonta pregunta.

En fin, creo que no estuvo tan loco después de todo ahora que lo pienso. He tenido peores.